DINÁMICA Flechas conflictivas


Preguntamos por situaciones conflictivas que se dan habitualmente entre los participantes. Las anotaremos en la pizarra y posteriormente iremos borrando aquellas que confunden el conflicto con la respuesta que se le da. Empezamos dibujando en la pizarra dos flechas que señalan hacia dentro y dos flechas que señalen hacia fuera.



Ante las flechas que señalan hacia adentro y las que señalan hacia afuera, pedimos que, a mano alzada, el grupo manifieste cuál de las dos posibilidades refleja mejor una situación de conflicto. Se exponen las razones de la elección. La mayoría elige las flechas enfrentadas, porque no entiende que un conflicto es sólo un desencuentro, que no tiene por qué ser una confrontación y que, si lo es, es porque confundimos conflicto con la respuesta agresiva que le damos. Quienes eligen las flechas hacia fuera, asocian el conflicto a la inhibición, que tampoco es una solución adecuada.

Un conflicto es un desacuerdo entre personas porque quieren lo mismo, piensan distinto o se ofenden entre sí. Entre las relaciones sociales es normal que surjan conflictos. Eso no debe preocupar, ni asustar o culpar. Lo importante es el modo de tratarlos, porque según cómo lo hagamos, podemos agravarlo, de forma que a una de las dos partes, o las dos, pierdan y se sientan mal.



Normalmente asociamos el conflicto con algo negativo, bronca, enfado, enfrentamiento, sufrimiento, inhibición. Sin embargo, se trata sólo de un desencuentro. Confundimos conflicto con la respuesta que le damos. La tendencia es a reaccionar con la huida o con el ataque, lo cual suele agravar el problema. Si lo intentamos resolver pensando, hay más posibilidades de solucionarlo, incluso la relación entre las partes puede mejorar.

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